De acuerdo con profesionales de la salud, los adultos deben dormir de 7 a 8 horas todas las noches. Sin embargo, en algunos adultos mayores esto no sucede a causa de trastornos del sueño, los cuales son bastante frecuentes en las personas mayores. Esto causa que el sueño sea menos profundo y entrecortado, reduciendo las horas recomendadas a la hora de dormir.
Estos trastornos pueden producirse por cambios en el reloj interno del cuerpo, enfermedades crónicas, depresión, dolor causado por enfermedades como la artritis, estimulantes como la cafeína y la nicotina, afecciones neurológicas, ciertos medicamentos, hierbas, drogas psicoactivas o suplementos, orinar frecuentemente durante la noche, el consumo de alcohol, entre otros.
Estos pueden identificarse con dificultad para conciliar el sueño o para despertar en la madrugada. A su vez, dificultad para notar la diferencia entre día y noche o despertar con frecuencia durante la noche (nocturia).
Ahora… ¿cómo tratar estos trastornos?
Para algunas personas, el alivio del dolor crónico y el control de afecciones como la micción frecuente o incluso el tratamiento de la depresión puede mejorar considerablemente su sueño. A su vez, se recomienda dormir en un lugar tranquilo, con clima neutro y hacerlo en medio de una rutina relajante en torno a la hora de dormir. Algunas otras formas de estimular el sueño pueden encontrarse en un estilo de vida saludable. Aquí te contamos más:
- Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días.
- No consumir estimulantes como la cafeína o nicotina por lo menos 3 o 4 horas antes de ir a dormir.
- Realizar actividad física a horas regulares del día, pero en lo posible no hacerlo 3 horas antes de ir a dormir.
- Evitar las siestas durante el día.
- No usar la televisión, el computador, celular o tableta en la habitación
- Evitar las comidas pesadas antes de acostarse. Un snack ligero antes de ir a dormir es la mejor opción.
Si el paciente definitivamente no logra conciliar el sueño después de 20 minutos, se recomienda levantarse de la cama y realizar una actividad tranquila como leer o escuchar música. Si los malestares persisten, es fundamental consultar con un profesional para analizar a fondo el origen del trastorno.