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¿Qué es la falta de adherencia?

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina como definición de la “adherencia terapéutica”: “el grado en que el comportamiento de una persona -tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar cambios del modo de vida – se corresponde con las recomendaciones acordadas de un prestador de asistencia sanitaria”.

La adherencia es la herramienta utilizada para determinar la magnitud con la que una persona aplica o no las instrucciones médicas. Esto tiene que ver con falta de compromiso al recibir un tratamiento, es la falla comportamental de una persona al tomar un medicamento suministrado por los médicos, la falta de responsabilidad para seguir una dieta alimentaria específica recetada y la carencia de ejecutar cambios en el vivir o la maneras de vivir con una complicación, siguiendo las pautas médicas. 

Esto implica la ausencia de aceptar un diagnóstico, lo cual influye también en un pronóstico, puesto que este puede empeorar, convirtiendo los resultados en resoluciones problemáticas y negativas. No cumplir con un tratamiento además conlleva a que se pueda presentar algún tipo de resistencia ante los fármacos administrados, y de suma importancia en el caso de antibióticos y la resistencia antimicrobiana.  

Por otro lado, su cumplimiento implica una actitud activa por parte del médico o personal sanitario y una acción de sumisión por parte de la persona a tratar. También el consentimiento del paciente y la colaboración de este al recibir las recomendaciones, el tratamiento, de acuerdo al diagnóstico. Las necesidades del paciente prevalecen, pues es su vida. Pero claramente su actitud al tomar medidas es la más importante. 

La falta de adherencia es un problema de salud pública. Lo cual debido a la longevidad y esperanza de vida, se ha incrementado con el desarrollo de nuevas tecnologías y los avances en la medicina, ha ido creciendo exponencialmente. Y se considera que más o menos la mitad de las personas tratadas con enfermedades o afecciones crónicas en países del primer mundo constan de falta de adherencia a los tratamientos. 

Sin embargo hay factores que influyen en la falta de adherencia:

  1. Socioeconómicos: La gente que viene de una familia unida y con un buen soporte emocional tiende a ser más adherente, al contrario de la gente que viene de un nivel socioeconómico más bajo o de familias disfuncionales, pues pueden tener más carencia emocional. 
  2. Relaciones con el sistema sanitario: Si no hubo confianza o empatía entre las dos partes, paciente y personal de la salud, o tampoco una buena comunicación, esto puede influir negativamente en la adherencia. 
  3. El tratamiento: Los efectos secundarios o adversos de un tratamiento suministrado pueden afectar la adherencia. Influyen además el tamaño de las pastillas, el sabor y la frecuencia con la que se toman. 
  4. Patologías: Cuando un paciente siente mejoras o ya no siente síntomas, esto modifica el comportamiento en cuanto a la adherencia. Y por otro lado si el paciente empeora o cuando el diagnóstico puede generar un grado de incapacidad, esto tiene un impacto positivo en términos de adherencia. 
  5. El paciente: La edad, el género, la proveniencia del paciente, la educación, el estado civil, el conocimiento que tiene el paciente de la misma enfermedad, sus creencias y su personalidad, son igualmente factores que influyen en la adherencia. 

Todo lo nombrado anteriormente da paso a ahondar un poco en las consecuencias de la falta de adherencia. Puede conllevar a una disminución en la efectividad de los tratamientos y un aumento de los costos médicos, por lo cual se pierde eficiencia y eficacia. Al no llevar al paciente al punto en el cual ya no necesite tratamiento, compromete la seguridad de las terapias farmacológicas y lleva por ende a intensificar estas mismas. Por último y no sin ser menos una falta de adherencia puede incrementar la mortalidad.